El buen manejo y la administración de los inventarios es crucial para el éxito de cualquier empresa. Por ello, es importante conocer cómo gestionarlos y clasificarlos para desarrollar mejores estrategias.
En Logística Dinámica sabemos de esto. Por eso, queremos compartirte información importante sobre la administración del inventario, en específico, sobre su clasificación con el análisis ABC.
Un nivel de inventario mal administrado puede generar fugas en el flujo de ingresos, pues incrementa el costo de mantenimiento del stock. Eso repercute en el ciclo de venta (pues el almacenamiento, envío y entrega se retrasan), y eventualmente afecta la satisfacción del cliente.
En esta situación, el análisis ABC regula la liquidez del inventario. Es una técnica para segmentar las referencias de productos del almacén, de acuerdo con su importancia, tiempo de permanencia y frecuencia de reabastecimiento.
Está basado en el Principio de Pareto (o la regla 80/20): establece que 80 % del valor de consumo sólo se basa en 20 % de los materiales. Por tanto, el análisis ABC distribuye el stock en tres categorías, basadas en la cantidad de unidades consumidas por año, el valor del inventario y el coste significativo:
- A – Productos con valor elevado (70 % del total) y cantidad pequeña (10 %)
- B – Productos con valor y cantidad moderadas (20 % y 20 %)
- C – Productos con poco valor (10 %) y alta cantidad (70 %)
Enfoque
Aunque se pueden seguir diferentes criterios (dependiendo del almacén y los tipos de mercancía que se manejen), un denominador común es el valor del inventario de cada referencia.
Se calcula con base en la demanda anual, multiplicada por el coste unitario. Después se ordenan de mayor a menor, y se agrupan de acuerdo con el porcentaje que representan, respecto al total.
La clasificación ABC prioriza los recursos del almacén hacia los productos que impactan más en los objetivos globales (grupo A). No concentra los esfuerzos y recursos por igual en todos los productos, que resultaría contraproducente con los artículos de menor importancia (grupo C).
Entonces, la rotación se establece por el volumen de venta y la frecuencia de despacho. Así se pueden determinar el modo de operación, la tecnología y los niveles de inversión necesarios para el almacén.
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A fondo
Analicemos a más detalle la metodología de las categorías para entender mejor qué productos deberían incluirse en cada una:
- En la Categoría A se destinan recursos para que el control de los productos en inventario sea más exhaustivo, y que pasen por conteos cíclicos más frecuentes.
Debido a que los problemas de stock para esta categoría tendrán gran impacto en el negocio, deben hacerse esfuerzos para evitar situaciones de falta de stock e inventario fantasma.
- Naturalmente, los productos de la Categoría B tienen una importancia moderada entre la categoría A y C. Es importante hacer un seguimiento de los productos de esta categoría, en caso de que algunos suban o bajen de categoría.
- Los productos en la Categoría C son relativamente poco importantes, pues no generan tanta rentabilidad como los clasificados en A o B. Hasta podría cuestionarse si vale la pena mantenerlos en el stock.
No es necesario dedicar una gran cantidad de recursos a su control, porque los costes de almacenaje y operación podrían superar su baja demanda.
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Ahora que conoces más de esta analogía, prepárate y organiza tus inventarios de la mejor manera. Nosotros podemos ayudarte con eso. Contáctanos y busquemos la mejor manera de hacer crecer a tu negocio.
Con apoyo de Atox
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